La previa
Dudas, desolación e incertidumbre eran las sensaciones que
reinaban en al plantel de Héroes en la previa de su regreso a la competencia,
tras más de un mes alejado forzosamente del verde césped (?) de las canchas del
INTA.
Una inactividad tediosa, eterna, insufrible. Durante este
tiempo, cada birrita de más de sábado por la noche, cada despertar lluvioso de
domingo, cada plato de ravioles con la suegra, cada paseo de feria obligado por
la tarde, cada amanecer de lunes sin dolores musculares, no eran otra cosa más
que crueles recordatorios de esta falta de fútbol que se clavaban cual afilado puñal en el alma
de cada uno de los integrantes de este querido plantel.
Para los whiskeros,
este largo parate era una mala noticia
se mire por donde se lo mire. Héroes es un equipo que mostró su mejor fútbol
allá por comienzos de año, logrando su tan ansiado ascenso a la máxima
categoría basándose en cinco cuestiones
básicas que se conjugaron en el momento
preciso: orden táctico, identidad de juego definida, plantel profundo, solidez
en el arco y buen nivel de sus figuras. En
la previa, este mes y medio fuera de las canchas conspiraba contra todos y cada
uno de estos conceptos.
La escasez de minutos, de jugar juntos, de comprender las virtudes y predecir los
errores del compañero, perjudicaría sin dudas este orden táctico y
esta identidad de juego que tanto trabajo le había costado lograr al DT Rodil.
Esta pérdida se había comenzado a notar un poco en los primeros partidos en la
máxima categoría de LAFO, pero no había dudas que la falta de rodaje
exacerbaría este problema.
Por otro lado el antiguo plantel profundo de Héroes llegaba
al domingo más corto y diezmado que nunca. Si bien el tiempo había jugado a
favor en la evolución de lesiones como
el desgarro del aguerrido central Rodil, la distensión de rodilla de Facu o la
pubalgia de JP Adorno, el plantel retornaba a la competencia con muchas más
bajas que regresos. Un esguince de tobillo dejaba fuera a José a mitad de
semana, Adorno seguía jodido de la espalda, los Vallarino out por razones que no quedaban del todo claras (ver “Los Padres de la Derrota”) y,
si bien la rodilla de Facu había evolucionado, compromisos maritales
impostergables (?) hacían que su vuelta a Héroes se siguiese dilatando. PR se perfilaba así, paradójicamente, como la única vuelta de peso en el equipo.
Sin embargo la peor
de todas las noticias era la baja de Fabi, el pibe maravilla, la esperanza de Héroes, quién se disculpaba con todos y
acusaba problemas familiares. Esta información, del viernes por la tarde, cayó como
un baldazo de agua fría entre todos los whiskeros. Con un plantel corto, sin su
joven goleador y con el otrora emblema y estrella del equipo convertido en mercenario VIP de la última división del
fútbol de AFA, el panorama era negro… muy negro.
El partido
El rival era “El Taladro”. Terceros en la tabla de
posiciones con 4 ganados, 1 empatado y 1 perdido. Partido complicado desde el
vamos, sobre todo en el contexto en que llegaba nuestro equipo.
Ya en el INTA y con un sol intenso, fuimos contando los jugadores uno por uno
hasta llegar a los once necesarios, ni uno más, ni uno menos. El equipo salió
con el 4-4-2 habitual, respetando la idea del DT ausente con aviso: Sergio;
Manu, Lucho, Pablo y Joaco. Cone, Sergio, Rolo y el refuerzo de último momento
“Negrofacu”. Arriba Rama y JM.
Ya en los primeros minutos se pudo ver una foto de lo que
iba a ser el resto del partido. Un Taladro con buen juego de posesión en el
medio, con mucha tenencia de pelota pero poca profundidad de gol. Un Héroes con
la cola metida atrás, con la idea de aguantar bien paraditos en el fondo y
tratar de aprovechar alguna contra.
Hubo algunos sobresaltos para los whiskeros en el comienzo del partido: el nro. 5 de ellos, un pibito
con mucha habilidad, se adueñaba de la pelota y lastimaba a espaldas del doble
cinco de Héroes. Para colmo, los mediocampistas laterales, Cone y Negrofacu (quién tuvo un debut en el que
se vio su buen pie pero lució bastante perdido en su ubicación en la cancha)
tampoco podían terminar de afirmarse y aportar en la marca para poder controlar ese mediocampo que el
Taladro dominaba por completo. Eso sumado a algunos desajustes defensivos, hizo
que los verdiblancos tuvieran dos o
tres situaciones de riesgo, aunque ninguna demasiado clara. Sergio respondía
bien cuando tenía que hacerlo.
Pasaron los minutos y Héroes ajustó algunas tuercas. El 5
rival dejó de ganar espaldas, se creció en la contención, se acomodó la
defensa. Las situaciones de peligro cesaron y el Taladro solo llegaba
esporádicamente con algún pelotazo largo de su nro. 6, que tenía un cañonazo en
el pie derecho.
Los whiskeros tampoco amenazaban demasiado. No daban más de dos pases seguidos. Ramiro
intentaba por las bandas pero demasiado solo, los mediocampistas no lo acompañaban.
Generalmente debía bajar mucho para conseguir la bocha y así JM quedaba
demasiado aislado arriba.
Así transcurrió el primer tiempo y gran parte del segundo.
Un partido trabado, sin mucho juego, sin muchas llegadas. Un partido horrible.
Algo para destacar es que los whiskeros, conscientes de su falta de juego, supieron entender que
no podían guardarse nada. Se metió y se luchó durante todo el partido. No faltó
entrega pese a que pasaban los minutos y el calor intenso quitaba piernas y
maximizaba la desventaja generada por no tener banco de suplentes. En este
contexto, Joaco se perfilaba como la figura del equipo, metiendo el doble que
cualquier otro, ganando en todos los cruces, chocando y aplastando todo rival
que cruzase la banda izquierda de la defensa. Más mérito aún si pensámos que no
recibía demasiada ayuda en la marca por ese costado.
A pesar de todo, Héroes tuvo la jugada que pudo haberle dado
el partido: faltando diez minutos infracción contra Rama. Van los grandotes a
cabecear pero Rama y Sergio se avivan y generan una hermosa jugada rápida, que
termina en centro atrás servido en la bocha de JM. El tanque, acomoda el cuerpo
y conecta de cabeza firme y a contra pierna. Nada para reprocharle al 9 en la
definición, pero los reflejos del arquero rival dejan increíblemente el
marcador en cero. No era el día, definitivamente, para el equipo de JR.
Unos minutos después, en una jugada con poca transcendencia
manejada en el mediocampo rival, sale una bocha a la espalda de los centrales,
que dudan por una milésima de segundo. El 9 hace una buena diagonal, Sergio
queda quizás demasiado clavado en la línea, y el delantero rival llega a
definir forzado de cabeza ante un intento desesperado de cruce de Joaco. La
pelota entra dando lástima entre nuestro arquero y el travesaño…
Todo Héroes era consiente
de no había forma de empatarlo. La chance había pasado. Para la anécdota quedan
la expulsión de Joaco, el juego violento de todo el plantel contra el sobrador
nro. 7 de ellos y el 2-0 sobre el final. El partido había terminado cinco
minutos antes...
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