TABLA DE POSICIONES 1° "A"
| |||||||||||
EQUIPO
|
J
|
G
|
E
|
P
|
GF
|
GC
|
DG
|
PT
| |||
LA LIGA
|
13
|
12
|
0
|
1
|
29
|
5
|
24
|
24
| |||
REAL TIO
|
13
|
10
|
1
|
2
|
19
|
9
|
10
|
21
| |||
FCIA CORAZZA
|
13
|
8
|
4
|
1
|
18
|
6
|
12
|
20
| |||
BEBE
|
13
|
8
|
2
|
3
|
21
|
10
|
11
|
18
| |||
EL TALADRO
|
13
|
7
|
3
|
3
|
16
|
9
|
7
|
17
| |||
HEROES W
|
13
|
7
|
2
|
4
|
21
|
14
|
7
|
16
| |||
BCA IMPERIAL
|
13
|
6
|
1
|
6
|
12
|
12
|
0
|
13
| |||
SEL INDEP´TE
|
13
|
5
|
2
|
6
|
15
|
12
|
3
|
12
| |||
BENFICA
|
13
|
5
|
1
|
7
|
20
|
29
|
-9
|
11
| |||
REAL BAÑIL*
|
12
|
5
|
1
|
6
|
11
|
12
|
-1
|
11
| |||
LA ESTRELLA
|
13
|
4
|
2
|
7
|
14
|
22
|
-8
|
10
| |||
SERV T STAR*
|
12
|
1
|
1
|
10
|
5
|
20
|
-15
|
3
| |||
BRANCA FC*
|
11
|
1
|
0
|
10
|
6
|
21
|
-15
|
2
| |||
LA ROMA *
|
13
|
0
|
0
|
13
|
0
|
26
|
-26
|
0
| |||
*Retirados
| |||||||||||
GOLEADORES
| |||||||||||
Jugador
|
Equipo
|
Goles
| |||||||||
Aguirre Mauro
|
La Liga
|
11
| |||||||||
Di Blassi Gabriel
|
Benfica
|
10
| |||||||||
Barrera Fabián
|
Héroes W
|
8
| |||||||||
Crimi Leonel
|
Taladro
|
6
| |||||||||
Tomasiello Carlos
|
La Liga
|
6
| |||||||||
García Fernando
|
La Estrella
|
5
| |||||||||
Olivares Gonzalo
|
Bebe
|
4
| |||||||||
Wilson David
|
S Indep´te
|
4
| |||||||||
Falcón Pablo
|
F Corazza
|
3
| |||||||||
Menéndez Maxi
|
Real Tío
|
3
| |||||||||
Páez Adrián
|
Real Bañil
|
3
| |||||||||
Romano Jonatqn
|
Real Tío
|
3
| |||||||||
Ruíz Gabriel
|
F Corazza
|
3
|
de bebedores entrenados...
martes, 23 de diciembre de 2014
TABLA FINAL 1 A
lunes, 20 de octubre de 2014
El Último Mastodonte
El texto que se presenta a continuación no es otra cosa que una tendenciosa reescritura del cuento “Último hombre”, de Eduardo Sacheri. Pido al lector que se predisponga de antemano ante cualquier límite entre ficción y realidad que pretenda cruzar el relato.
Esto
va dedicado de corazón, de un rústico para otro rústico. Solo nosotros sabemos
lo improbable que resulta que le ocurra, de vez en cuando, algún súbito ataque
de creatividad a nuestras toscas extremidades inferiores. Y únicamente nosotros
conocemos el agobiante vacío de estas esporádicas inspiraciones perdidas
tristemente en el cruel olvido del tiempo.
Pablo
Rodil había cumplido siempre. Había ganado y perdido, cosa por cierto evidente.
Pero jamás había abandonado su puesto. Jamás había sacado el cuerpo por
cobardía. Jamás había temido hacer un sacrificio. No le molestaba jugar todos
los domingos en la covacha. Ni que la pelota estuviese, en sus pies,
eternamente de paso. Hacía el quite, buscaba con la mirada a los vociferantes mediocampistas,
y se la sacaba de encima con algo de premura y una cierta mácula de torpeza. No
se sentía menos por ello. Sabía que, sin su presencia allí, en el fondo, el
equipo podía venirse en picada.
¿No
había sido una catástrofe, acaso, aquel torneo de hace unos años, cuando él
había estado parado por la operación de ligamentos cruzados? Al técnico casi lo
internan del disgusto: los contrarios se hicieron festines memorables. La
defensa, sin él, era un colador endemoniado, un puente cándido por el que podía
pasar hasta una anciana en muletas y llegar cara a cara con el arquero. Su
merma física, ocasionada por el paso de los años y la acumulación de kilos de
asado y litros de cerveza, era suplida con carácter y presencia. No faltaba
partido, siempre que Héroes del Whisky fuera derrotado con claridad, en el que
algún iluso delantero rival se llevará de recuerdo un tatuaje de los filosos
tapones de Pablo.
La
mañana definitiva era una de esas mañanas mansas, parsimoniosas, cálidas,
insulsas. Irían, cuanto mucho, veinte minutos del segundo tiempo. El partido
estaba uno a cero, trabado en el medio, cosa natural en un equipo sin confianza
y jugado el cuello a la guillotina del
descenso. Rodil hacía lo suyo. Trababa. Ordenaba. Sometía al árbitro al consabido
rosario de jeringueos y reproches.
La
hecatombe no se anunció a través de señales contundentes. Simplemente se inició
cuando Pablo salió a cortar una pelota dividida con el siete contrario, un jovencito rápido y
atrevido, que siempre amagaba por adentro y salía por afuera. Rodil no se inquietó,
aunque su rival llegó a bajar la pelota varios segundos antes de que él cortara. Lo
dejó en cambio detenerse en seco, hamacarse, sobrarlo. Y cuando el otro por fin
disparó por afuera, Pablo se tiró al piso sabiendo con certeza que sus más de 110
kilos serían suficientes para trabar el balón y proyectar al jovencito hacia
los rústicos árboles del costado de las canchas. Cuando se incorporó, la pelota descansaba junto a su
botín derecho. Había cumplido según el manual del perfecto zaguero, y algunos
aplausos regados desde la hinchada semidesierta de Héroes le entibiaron el alma. Faltaba
únicamente buscar con la mirada al cuatro o a algún volante, para que abrieran
el juego. Pero entonces pasó lo que nunca había pasado antes. A sus 36 años, Rodil,
por primera vez en su vida, bajó de nuevo los ojos. Vio sus pies embarrados, su
rodilla raspada, sus medias bajas, y la pelota brillante, reluciente. Los
gritos desde el medio le llegaron de inmediato, pero Pablo decidió que debía
esperar a que algo terminase de tomar forma dentro suyo. Tal vez el nueve
contrario advirtió sus vacilaciones, porque se le vino al humo con la lengua
afuera para atorarlo en su torpeza. Rodil llegó a oír que su hermano, el
técnico del equipo, le gritaba que la colgara, que la colgara, pero en lugar de
obedecer no pudo evitar bajar de nuevo la cabeza y volver a verla, como nunca
hasta entonces, hasta enamorarse de ella hasta el último rincón de su alma.
Entrecerró los ojos. Inspiró
profundamente. Oyó con una nitidez absoluta el galope tendido del delantero,
notó su respiración agitada, le vio la codicia ególatra que siempre llevan en
el rostro los delanteros.
Nunca
supe lo que Pablo sintió en ese momento. Yo supongo que fue una súbita
intuición de la negritud insoslayable de la muerte. Pero cuando el contrario se le tiró a los pies, Rodil hamacó sus 112 kilos,
balanceó su cadera inexperta, y dejó que el botín enganchase levísimamente la
pelota. El confiando delantero pasó de largo por mucho, quedando al borde del
ridículo. El técnico escupió el pucho y le gritó que la largase. Rodil contempló
a su hermano sin prisa y sin cariño. Cuando adelantó el balón y se lanzó tras
el trote, lo había olvidado para siempre. Llegó hasta el mediocampo sin que le
salieran al cruce. El único estorbo eran los gritos de los suyos, que sin
comprender el milagro se la pedían como si tal cosa, como si él no fuese capaz
de avanzar con la cabeza en alto, con el gesto sereno, con una libertad
indómita que le nacía en el vientre y lo invitaba a seguir yendo.
El
técnico, fuera de sus cabales, lo insultaba en escalas polícromas y lo
conminaba a largarla y a volverse. El iluso no sabía que Rodil corría
irrevocable a su destino, o al menos a uno de todos los destinos que habitan la
vida de un hombre. Cuando al fin le salió el volante central, Pablo le amagó
por dentro y se le escabulló por el callejón del diez. Pero en su apuro
inexperto la tiró larga, de modo que el ocho de ellos se le vino al humo,
seguro de llegar primero. Pese a todo, y cuando el marcador se lanzaba,
adelantó la diestra con la presteza de un delantero consumado y empujó con lo justo
el balón un metro escaso. Sintió el dolor inconfundible de un tobillo aplastado
bajo los tapones del rival, pero ni siquiera sopesó la posibilidad de
detenerse. Eufórico, seguro de sí, estiró el brazo derecho, señalando la
extensa pampa abierta a las espaldas del central y el marcador de punta izquierdo. “Sergito”,
el habilidoso mediapunta, le entendió la seña y salió disparado. Rodil, sin
mirarlo, le puso una pelota inaudita con la cara interna del pie derecho, para
que la bola pasase por fuera del marcador e hiciese la comba volviendo hacia la
cancha, justo a tiempo para que Sergio la cazara al vuelo, y picara hasta el
fondo bien habilitado…
Termino
aquí mi relato, temiendo que algún lector futbolero se sienta defraudado al
desconocer el destino final de aquella jugada. No voy a rematar la historia
apuntando si Sergito tiró un perfecto centró atrás, si la colgó de un ángulo o
si la pelota salió ocho metros por encima del travesaño. Si me explayo en esa
materia estaré distrayendo la atención hacia un detalle intrascendente.
Lo
inolvidable, lo sagrado para mí, que estuve presente la mañana final en que Rodil
decidió cortar la soga, es su imagen al volver desde el campo contrario.
Sereno. Feliz. Altivo. La camiseta fuera del pantalón. Las medias bajas. El
barro en las pantorrillas. Y una mirada absorta, emocionada, enternecida en la
intuición de su libertad recién alumbrada. Una mirada sin destino fijo, apoyada
en todo caso en un punto cualquiera del horizonte; de esas que los hombres sólo
usan para mirarse a sí mismos.
Dos puntos y poco mas.....
H del W 4 - La Estrella 3
El equipo de JR volvió a la victoria contra un rival disminuido. Pinto para baile pero casi termina en papelón.
Difícil encontrar algo positivo después del sabor amargo que dejo el final del partido. Pero a fin de cuentas Héroes del Whisky necesitaba imperiosamente esta victoria como sea, cueste lo que cueste, jugando bien o mal. Lo esencial era volver a sumar para alejarse de los puestos del descensos.
Dos factores fueron determinantes para el desarrollo del encuentro. Primero que La Estrella apenas pudo presentar en la cancha 9 jugadores. Y en segundo lugar el regreso de Fabi El Niño Maravilla.
Solo por estas razones el equipo gano. Gracias al Hatrick de Fabian la remontada final de La Estrella quedo corta.
JR volvió al banquillo y sigue presentando dudas. El equipo se paro 442 contra un rival que solo aguantaba como podía y que hasta los 15 minutos finales estaba 4 a 0 abajo. Al DT se lo ve muy atado a su librito y parece que se le queman los papeles cuando necesita proponer algo distinto. El eterno sueño del ascenso le hace confiar en un esquema que se esta volviendo muy rígido.
Durante el PT el parado rígido del equipo y la poca circulación de pelota, hicieron que H del W, pese a tener supremacía numérica, solo pueda inquietar al arquero rival con tiros desde afuera. Pero de tanto machacar Fabi tuvo una y dejo el PT 1-0.
En el ST de movida La Estrella se soltó mas y empezó a controlar el partido. Hasta que en una patriada de PR al mejor estilo Roman el equipo encontró el 2 a 0 nuevamente de la mano de su Superestrella Fabi.
Para cuidarlo y Homenajearlo después de semejante jugada el DT saco a PR y puso en la cancha a Pedro Fallarino. Y este fue el quiebre en el encuentro.
A partir de ese momento el equipo perdió vigor. Si bien llego a ponerse 4 a 0. El equipo sin PR pierde carácter. Mastodonte no esta en su mejor momento físico pero su habitual locura y puteadas a los compañeros mantienen al equipo prendido en el partido. Con la salida de el, el partido se convirtió en una practica y sin nada La Estrella se puso 4-3.
Por suerte para Héroes del Whisky ya no habían mas minutos y el partido se fue en fade. Por un lado la vergüenza del resultado pero por otro lado la alegría de regresar a la victoria. Se sabe que en este torneo nada es fácil y de acá al final los de JR tendrán que sudar hasta la ultima gota para sumar cada punto.
La semana sera mas tranquila y el plantel podrá recuperar algunos ausentes. Quizas volveran aquellos que acusaron a sus compañeros de traición y al domingo siguiente no pudieron sostener con hechos aquello que dijeron. A pesar de esto, el equipo necesita cambiar el chip. La resaca del ascenso tiene que pasar a los libros de Historia. El equipo necesita recuperar mística, garra y corazón. Los días del jogo bonito terminaron. Esperemos que el DT lo sepa leer así.
ONCE INICIAL: Sergio; Manu, Lucho, Pablo, Joaco; Seba, Esteban, rolo, Facu; Sergio y Fabian
Cambios: Pedro Fallarino x PR (10min st)
El equipo de JR volvió a la victoria contra un rival disminuido. Pinto para baile pero casi termina en papelón.
Difícil encontrar algo positivo después del sabor amargo que dejo el final del partido. Pero a fin de cuentas Héroes del Whisky necesitaba imperiosamente esta victoria como sea, cueste lo que cueste, jugando bien o mal. Lo esencial era volver a sumar para alejarse de los puestos del descensos.
Dos factores fueron determinantes para el desarrollo del encuentro. Primero que La Estrella apenas pudo presentar en la cancha 9 jugadores. Y en segundo lugar el regreso de Fabi El Niño Maravilla.
Solo por estas razones el equipo gano. Gracias al Hatrick de Fabian la remontada final de La Estrella quedo corta.
JR volvió al banquillo y sigue presentando dudas. El equipo se paro 442 contra un rival que solo aguantaba como podía y que hasta los 15 minutos finales estaba 4 a 0 abajo. Al DT se lo ve muy atado a su librito y parece que se le queman los papeles cuando necesita proponer algo distinto. El eterno sueño del ascenso le hace confiar en un esquema que se esta volviendo muy rígido.
Durante el PT el parado rígido del equipo y la poca circulación de pelota, hicieron que H del W, pese a tener supremacía numérica, solo pueda inquietar al arquero rival con tiros desde afuera. Pero de tanto machacar Fabi tuvo una y dejo el PT 1-0.
En el ST de movida La Estrella se soltó mas y empezó a controlar el partido. Hasta que en una patriada de PR al mejor estilo Roman el equipo encontró el 2 a 0 nuevamente de la mano de su Superestrella Fabi.
Para cuidarlo y Homenajearlo después de semejante jugada el DT saco a PR y puso en la cancha a Pedro Fallarino. Y este fue el quiebre en el encuentro.
A partir de ese momento el equipo perdió vigor. Si bien llego a ponerse 4 a 0. El equipo sin PR pierde carácter. Mastodonte no esta en su mejor momento físico pero su habitual locura y puteadas a los compañeros mantienen al equipo prendido en el partido. Con la salida de el, el partido se convirtió en una practica y sin nada La Estrella se puso 4-3.
Por suerte para Héroes del Whisky ya no habían mas minutos y el partido se fue en fade. Por un lado la vergüenza del resultado pero por otro lado la alegría de regresar a la victoria. Se sabe que en este torneo nada es fácil y de acá al final los de JR tendrán que sudar hasta la ultima gota para sumar cada punto.
La semana sera mas tranquila y el plantel podrá recuperar algunos ausentes. Quizas volveran aquellos que acusaron a sus compañeros de traición y al domingo siguiente no pudieron sostener con hechos aquello que dijeron. A pesar de esto, el equipo necesita cambiar el chip. La resaca del ascenso tiene que pasar a los libros de Historia. El equipo necesita recuperar mística, garra y corazón. Los días del jogo bonito terminaron. Esperemos que el DT lo sepa leer así.
ONCE INICIAL: Sergio; Manu, Lucho, Pablo, Joaco; Seba, Esteban, rolo, Facu; Sergio y Fabian
Cambios: Pedro Fallarino x PR (10min st)
martes, 14 de octubre de 2014
Los Padres de la Derrota
Finalizado el encuentro, y con la derrota consumada, todo el
equipo de Héroes trabajó como tal en busca de un claro objetivo: buscar un
culpable a quién descargarle todas las culpas y frustraciones. Frustraciones,
de este partido en particular, y de la vida de cada uno en general.
Más allá del tenor de las diversas declaraciones postpartido
de cada uno de los jugadores, había un denominador común entre las ideas de
todo el plantel de Héroes: Los Vallarino
eran los padres de la derrota. La ausencia de los históricos hermanos en la
vuelta a la competencia no fue para nada bien tomada en el seno del equipo.
Curiosamente, no hubo reproches ante otras ausencias de talla como las de
Adorno, José, Facu o el goleador Fabián.
En declaraciones exclusivas, uno de los centrales de Héroes,
de gran porte y referente del plantel, quien pidió expresamente que reservemos
su identidad, expresó: “Los Vallarino son
unos pecho fríos (sic). Hace dos meses que no jugamos y se borran descaradamente,
metiendo excusas bastante pedorras. Encima no tienen huevos para decir en la
semana que no vienen. Dicen que están en duda hasta al final y eso nos juega en
contra a la hora de conseguir buenos refuerzos”.
Joaquín Díaz, una de las figuras del equipo derrotado,
declaró: “Es fácil para los Vallarino
hablar desde la lejanía de la traición. Los que jugamos dejamos todo. Nos faltó
piernas para buscarlo, simplemente eso. Con suplentes era otra cosa. Quiero
desmentir totalmente los rumores de cama contra el DT”.
Por otra parte JM Cuattromo, el tanque del equipo, no se guardó nada en
sus declaraciones y, como nos tiene acostumbrados, dejó frases de sobra para el
título del diario del lunes: “Estoy
tranquilo con mi rendimiento y el del todo el equipo. Se hizo lo que se pudo, y
estuvimos a punto de llevarnos los 3 puntos, pero no se dio. Solo pienso decir
que todos tenemos muy en claro quiénes son los verdaderos padres de la derrota”.
El arquero de Héroes, en cambio, fue conciso y no anduvo con
vueltas: “¡Se fueron de putas, se
fueron!”.
No todos los integrantes del equipo quisieron hablar
respecto a la traición de los Vallarino. El 4 del equipo, de buen rendimiento
el domingo, explicó fuera de micrófono que se abstenía de realizar declaraciones
debido a que se sentía sesgado para opinar sobre el tema. Fuentes cercanas
hablan de un supuesto amorío del pasado que lo habría emparentado con los
acusados.
Rodrigo Dávila, en cambio, se excusó sin tanto misterio: “Perdoname Cone, me tengo que ir rajando a
almorzar que sino mi jermu me faja”.
Este humilde cronista hace alarde de una falaz objetividad,
por lo que se reserva su opinión respecto a este tema. Sin embargo rumores de radiopasillo
afirman que comparte la misma opinión que el resto de sus compañeros.
Hay polémica y puterío
en el vestuario de Héroes. Como nos tiene acostumbrado este plantel ante
el mínimo traspié en los resultados. Veremos cómo sigue el tema el domingo que
viene. Un fin de semana que promete ser clave para el rumbo de este equipo….
Suscribirse a:
Entradas (Atom)